Nos dan la vara en televisión con que hay que subir la recaudación para gastar más en el sistema de salud. Tener más consultas, más medicamentos, más pruebas.

Sin embargo, como siempre, es de lo que no se habla lo que verdaderamente importa.

En este caso, la prensa institucional «olvida» que salud no es igual a más medicina. O dicho de otra forma, que la mejora en la atención médica tan solo supone el 20% de la esperanza de vida (y mucho menos en la calidad de esta) de un país (artículo).

Y también , se les olvida que mientras dedicamos ingentes cantidades a ese 20%, ponemos palos en las ruedas al otro 80%.

Así, si una persona quiere empezar a cuidarse, se encuentra con que contratar un entrenador personal, un nutricionista o un psicólogo requiere de un IVA que subió del 16 al 21% hace unos años. Por aclarar lo que esto significa: tienes una penalización del 21% por contratar a un no-profesional de la salud*, que no tendrías si fueses al médico directamente (es gratis) a tratarte.

*Profesional de la salud es básicamente quien te cura, no quien previene la lesión. Así un fisio o un podólogo que te curan la tendinitis serían profesional de la salud. El entrenador que evita que te la hagas, no. Por eso, ha pasado el covid y tantas otras cosas que pasarán y que se podrían haber previsto: nadie da mérito al que evita algo, porque lo que evitas no ocurre.

Esto por un lado está claro que disminuye la salud de la población, al dejarles en manos de malos hábitos, ejercicios desaconsejados, malas prácticas, nutrición espantosa y tratando sus problemas en pseudo-coaches de vida que trabajan en negro.

Pero por otro lado también contribuye a que el gasto de sanidad cada vez tenga que ser mayor para un mismo trato al paciente. Necesitamos más gasto, para gastarlo en más tratamientos crónicos, en más cuidados paliativos, en más dependencia, en más pruebas diagnósticas innecesarias, en más consultas innecesarias y, en definitiva, en engrosar los beneficios de las farmacéuticas.

Está claro. Por un lado desincentivamos que las personas se cuiden y eviten la enfermedad, y por otro lado esto redunda en una cultura donde «cuidarse» significa ir al médico una vez al año a hacerte unos análisis.

Lo grave es que no hay el más mínimo sentido crítico entre la población. Todo el mundo acepta que tiene que ser así. «Tenemos la mejor sanidad del MUNDO» decimos desde el país con mayor tasa de niños obesos de Europa.

Aún nos salva, en comparación con nuestros vecinos, que somos un país bastante rural y que las personas que ahora son mayores, han pasado su vida trabajando físicamente. Aparte, una gran exposición solar y relaciones que mejoran nuestra salud en comparación con quienes siempre nos comparamos, nuestros vecinos del norte.

Pero, ¿qué pasará cuando este ejército de niños con sobrepeso y asma tenga 60 años?

Solo dios sabe qué nos deparará el futuro de la medicina, pero bajando al suelo: sabemos muy bien qué ocurre a los árboles cuando ya de pequeños no crecen bien. Y no es alagüeño.