La pregunta sin resolver, por tanto, es: ¿por qué?. ¿Qué nos permite a los atletas soportar más dolor? ¿Hay alguna adaptación fisiológica que insensibiliza nuestras terminaciones nerviosas ante el dolor? O simplemente, ¿es que tantas horas y años de entrenamiento exigente nos ha enseñado a desarrollar mejores estrategias en la gestión del dolor?. Es la última de estas posibles explicaciones en la que creen muchos de los científicos, pero realmente no ha habido mucha investigación fructífera en esta materia hasta ahora.
En la reunión anual de la Sociedad Americana del Dolor, un equipo investigador liderado por Kevin Alschuler (Universidad de Washington) presentó algunos resultados preliminares de un estudio con 204 corredores participantes en 3 de los 4 eventos que componen las Deserts Race Series, que tienen lugar en los desiertos del Sahara, Gobi y Atacama. Cada evento consiste en 5 etapas que cubren un total de 250km corriendo a pie. Los deportistas reportaron a los investigadores datos de la intensidad del dolor y las estrategias de gestión del dolor durante los cinco días consecutivos de cada evento.
De estos datos podemos extraer algunos detalles divertidos. De media, los participantes dijeron gastar un 30% de su tiempo de competición pensando sobre el dolor. –¡Los atletas de resistencia estamos obsesionados con el dolor!-. Sus niveles medios de dolor fueron aproximadamente 4 en una escala de 0-10, con un pico máximo de dolor durante la carrera de alrededor de 6 sobre 10.
Pero los datos más interesantes tienen que ver con la diferencia entre estrategias de dolor adaptativas e inadaptativas. Las estrategias «adaptativas» son pensamientos como ignorar el dolor, decidir que no te molesta, o tratar de anular el dolor con la necesidad de seguir adelante. Las estrategias «inadaptativas» son cosas como catastrofizar -«¡voy a tener que abandonar!»-, miedo -«¡este dolor va a seguir empeorando!»- y desánimo -«¡Esto es horrible!»-. A cada atleta se le asignó una puntuación diaria de entre 0 y 6 para valorar la respuesta adaptativa e inadaptativa al dolor, donde un 0 corresponde a «nunca» y un 6 a «siempre» (totalmente adaptativa o desadaptativa). Según el autor, esto intenta reflejar «la capacidad de la persona de tener pensamientos que ejemplifican la voluntad de coexistir con su dolor en comparación con las personas que ven su dolor como un obstáculo difícil de superar».
En general, los ultramaratonianos eran remarcablemente buenos en su capacidad adaptativa (3.04 sobre 6) en comparación con sus caracterísiticas inadaptativas (1.31 sobre 6). Si no fuera este el caso, ellos probablemente no podrían hacer estas duras competiciones. Aún hay hayazgos interesantes. Por ejemplo, cuando los corredores usaban estretegias inadaptativas, sentían una mayor percepción de que el dolor estaba interfiriendo con su rendimiento, incluso pese a que el nivel real de dolor se mantuvo constante. También pasaron más tiempo pensando en su dolor, lo que debería ser un recordatorio de que es mejor no pensar demasiado en él.
El otro descubrimiento interesante fué una relación inversa entre el uso de estrategias inadaptativas y la probabilidad de que un corredor termine la competición. Por cada punto de incremento en la puntuación inadaptativa, la probabilidad del corredor de terminar la carrera disminuía una tercera parte. Esto se produjo con un nivel de dolor reportado por los atletas constante, lo que significa que los atletas no estaban alterando su estrategia de gestión del dolor simplemente porque este era más alto.
Hasta ahora, se trata de hallazgos preliminares, que Alschuler y sus colegas planean publicar próximamente en papers más detallados revisados por pares. Eso significa que debemos tomar las conclusiones con precaución. Pero es genial ver que los psicólogos están empezando a hacer investigación de campo con los atletas de resistencia para obtener una mejor panorámica de lo que funciona y lo que no. Después de todo, «hacernos amigos del dolor» es una habilidad crucial para los atletas.
Aún así, Alschuler, quien también ha recopilado datos sobre los participantes en la Race Across América, de 16.000km , agrega una advertencia clave: «Probablemente sea obvio, pero no es nuestra intención alentar a las personas a hacer algo inseguro, como persistir a través del dolor provocado por una lesión donde se arriesga a más daño». Hay muchos tipos y grados diferentes de dolor, y uno de los grandes desafíos en los deportes de resistencia es aprender a distinguir entre el dolor que puedes y debes tolerar y el dolor que indica que algo serio está mal. Si todavía estás tratando de descubrir esto, intenta preguntarle a tu entrenador o algún atleta experimentado al respecto. Cuando se trata del dolor, todos los deportistas estamos ansiosos por hablar ;).